Existe un hábito curioso que muchas personas tienen: dejar la televisión encendida al dormir.
Hay algo reconfortante en el murmullo suave de los diálogos o el parpadeo tenue de la pantalla. Pero ¿alguna vez te has preguntado qué dice esta costumbre sobre ti?
Según algunos psicólogos, quienes duermen con la TV encendida tienden a compartir ciertos rasgos comunes.
Si eres de las personas que no pueden conciliar el sueño sin su programa nocturno favorito sonando de fondo, es muy posible que te sientas identificada con estos siete rasgos.
Sigue leyendo si tienes curiosidad por saber qué revela tu rutina nocturna sobre tu personalidad.
1) Buscas comodidad y seguridad
Para muchas personas, el sonido familiar de la televisión se ha convertido en una especie de nana moderna. El resplandor de la pantalla, las voces conocidas… todo eso transmite una sensación de refugio.
Por eso, uno de los rasgos más comunes entre quienes duermen con la TV encendida es el aprecio por la comodidad.
Probablemente eres alguien que prioriza los ambientes acogedores y que brinda apoyo y contención a los demás. De esas personas a las que todos recurren cuando necesitan una palabra amable.
Eso sí, aunque buscar comodidad es totalmente válido, también es importante salir de la zona de confort de vez en cuando. El crecimiento personal muchas veces ocurre cuando nos atrevemos a lo desconocido.
2) Eres multitarea (o te cuesta desconectar)
¿Te descubres haciendo cosas hasta último minuto antes de dormir? ¿Usas la TV como ruido de fondo mientras respondes correos o planeas el día siguiente?
Si es así, dejar la televisión encendida puede ser un reflejo de una mente activa, que rara vez se apaga.
Ser multitarea puede ser una habilidad útil, pero también puede llevar al agotamiento mental. Intenta incorporar momentos de desconexión antes de dormir, sin pantallas, para ayudar a tu cerebro a descansar.
Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
3) Tienes alta tolerancia al ruido
No todo el mundo puede dormir con la televisión encendida. De hecho, estudios sugieren que incluso ruidos bajos pueden alterar el sueño.
Si tú logras dormir profundamente con el televisor encendido, es probable que tengas una tolerancia al ruido más alta que la mayoría.
Este rasgo también puede reflejarse en otros ámbitos: quizás te adaptas bien a lugares bulliciosos o te resulta fácil concentrarte en entornos activos.
Aun así, recuerda que tu cuerpo también necesita momentos de silencio. Equilibrar el ruido con pausas de tranquilidad puede mejorar tu salud y bienestar a largo plazo.
4) Eres nocturna
Si dejas la televisión encendida por las noches, probablemente eres de esas personas que disfrutan del silencio y la calma de la noche.
Las personas nocturnas suelen ser creativas, analíticas y buenas pensadoras independientes. La noche les ofrece un espacio sin interrupciones donde su mente fluye con libertad.
Sin embargo, vivir en un mundo que funciona principalmente de día puede ser un reto. Intenta respetar tus ritmos naturales, pero sin descuidar tu descanso.
Encontrar un equilibrio entre tu energía nocturna y una rutina saludable de sueño es clave.
5) No te gusta el silencio
Para algunas personas, el silencio es paz. Para otras, como yo, puede sentirse como un vacío incómodo.
Si cuando todo está en silencio tu mente comienza a acelerarse o a sobrepensar, es lógico que prefieras el sonido constante de la TV.
Y está bien. Todos lidiamos con el silencio de maneras diferentes.
Aun así, vale la pena aprender a sentirse cómodo con la quietud. El silencio también puede ser un aliado poderoso para la reflexión y la calma. La meditación o la respiración consciente pueden ayudarte a hacer las paces con esos momentos.
6) Disfrutas del ruido de fondo
¿Siempre tienes música o algún tipo de sonido acompañándote mientras haces cosas?
Si es así, probablemente disfrutes de tener estímulos constantes a tu alrededor, y te sientas más cómoda en ambientes activos y dinámicos.
Este rasgo puede hacerte adaptable, sociable y productiva en medio del movimiento.
Sin embargo, como todo en la vida, también necesitas momentos de pausa. Equilibrar los estímulos con instantes de silencio puede ayudarte a recuperar energía y claridad mental.
7) Eres una persona adaptable
Dormir con la TV encendida también puede reflejar tu capacidad de adaptación.
Has incorporado un elemento de tu rutina diurna (ver televisión) en tu espacio de descanso, encontrando una forma de hacer que funcione para ti.
La adaptabilidad es un rasgo muy valioso: habla de flexibilidad, resiliencia y creatividad.
Eso sí, ser adaptable también implica saber cuándo cambiar una costumbre si deja de beneficiarte. Si notas que dormir con la TV afecta tu descanso, tal vez sea momento de probar otras formas de relajarte.
Recuerda: el descanso de calidad es esencial para tu bienestar general.
Reflexión final: se trata de equilibrio
Nuestros hábitos hablan de nosotros, pero no nos definen por completo. Dormir con la TV encendida no es ni bueno ni malo: simplemente refleja parte de tu personalidad y tus formas de buscar bienestar.
Tal vez eres una persona que busca seguridad, que teme al silencio, o que se activa por las noches. Todo eso está bien.
Lo importante es observar si ese hábito te está ayudando… o si está interfiriendo con tu descanso.
Si sientes que tu calidad de sueño no es la mejor, prueba usar un temporizador para apagar la TV, o sustituirla por música suave, sonidos relajantes o un libro.
Nuestros hábitos deben servirnos, no limitarnos.
Al conocernos mejor, podemos tomar decisiones más conscientes. Y al final, lo más importante es priorizar tu salud, tu descanso y tu bienestar emocional.
