7 hábitos de personas que encuentran alegría y propósito en sus 70 años

Mi abuelo solía decir: “La edad es solo un número, y los 70 son los nuevos 50.”

Pero seamos honestos: muchos de nosotros le tememos al paso del tiempo, porque lo asociamos con la pérdida de energía y de sentido en la vida.

Sin embargo, hay un pequeño secreto.

Hay personas que ya han descubierto la clave.

Viven sus 70 años con tanta alegría y propósito que parece que lograron retroceder el tiempo. ¿Cómo lo hacen?

La respuesta está en sus hábitos.

Si te has preguntado: “¿Cómo puedo vivir mis años mayores con alegría y propósito?”, quédate por aquí.

La verdadera esencia de la vida no está en la edad, sino en cómo vivimos cada día. Y estos hábitos podrían ser la guía para encender esa chispa interior.

¿Listo para redefinir tus años dorados? Vamos a descubrir juntos estos hábitos que podrían cambiar por completo tu forma de ver el envejecimiento.

1. Adoptan el aprendizaje continuo

Seguro has escuchado ese viejo dicho: “Loro viejo no aprende a hablar.”

Pues déjame decirte que eso no es del todo cierto.

Las personas que encuentran propósito y alegría a los 70 suelen compartir una característica: nunca dejan de aprender.

Mantienen su mente activa: leen, asisten a charlas, prueban nuevos pasatiempos o incluso regresan a estudiar.

No lo hacen por diplomas ni reconocimientos. Lo hacen porque aprender las mantiene despiertas, curiosas y conectadas con el mundo.

El aprendizaje les da vitalidad, las llena de entusiasmo y les ofrece una sensación constante de logro.

Quizás sea hora de actualizar el dicho: “El loro viejo sí aprende… si tiene ganas de seguir aprendiendo.”

2. Se mantienen físicamente activas

Recuerdo a mi abuela. A sus 75 años, no paraba. Jardinera, caminaba, hacía yoga… todo con una energía contagiosa.

Y aquí está el punto:

Era una de las personas más felices y activas que he conocido. ¿Su secreto? Nunca aceptó una vida sedentaria.

Las personas que encuentran propósito en sus 70 saben que moverse no es solo cuestión de salud o estética. Es bienestar integral.

Mi abuela solía decir: “Cuando me muevo, me siento viva.” El movimiento mantenía su corazón fuerte, su mente clara y su estado de ánimo elevado.

Así que toma su ejemplo: ya sea una caminata diaria, nadar en la piscina o una clase de baile divertida, encuentra una actividad que disfrutes y hazla parte de tu rutina.

3. Practican la gratitud

La vida no siempre es color de rosa, y esa realidad no cambia a los 70.

De hecho, a veces parece que las espinas se sienten más agudas. Problemas de salud, pérdidas, o simplemente el peso de los años pueden nublar la alegría.

Pero quienes encuentran propósito en esta etapa tienen una herramienta poderosa: la gratitud.

No ignoran sus dificultades, pero tampoco dejan que las definan. En cambio, eligen ver y valorar lo bueno que aún tienen.

Una amiga mía, de 73 años, anota cada mañana tres cosas por las que se siente agradecida en su diario.

Puede ser algo tan simple como una taza de café caliente o una llamada inesperada de una vieja amiga.

Este hábito le permite enfocarse en lo positivo. Le da fuerza, alegría y motivación para vivir cada día con propósito.

No se trata de negar las espinas. Se trata de elegir apreciar el aroma de las flores.

4. Nutren sus relaciones sociales

Seamos sinceros: a medida que envejecemos, nuestro círculo social suele reducirse. Amigos que se mudan, familiares que ya no están, hijos que hacen su vida.

Pero las personas que viven sus 70 con alegría no se aíslan.

Cultivan activamente sus vínculos del pasado y están abiertas a crear nuevas conexiones. Saben que las relaciones son esenciales para sentirse vivos.

Puede ser un club de lectura semanal, un café con viejos amigos o el voluntariado en un centro comunitario —lo importante es mantenerse socialmente activo.

Al final del día, entienden que las relaciones son los hilos que tejen el tejido de la vida. Y esos hilos les dan sentido de pertenencia y propósito.

5. Cuidan su salud mental

¿Sabías que, según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cuatro adultos sufre algún trastorno mental? Aun así, la salud mental suele pasarse por alto, especialmente en personas mayores.

Pero quienes viven sus 70 con plenitud saben que la salud mental importa tanto como la física.

Meditan, practican mindfulness, respetan sus horas de descanso, y buscan ayuda profesional si lo necesitan.

Saben que cuidar su mente no es solo evitar enfermedades, sino también crear un espacio interno donde florezcan la alegría, la paz y el propósito.

Es un acto de autocuidado que transforma cómo enfrentan la vida cada día.

6. Ayudan a los demás

Hay algo profundamente valioso en ayudar a otra persona. No solo beneficia a quien recibe la ayuda, sino también a quien la ofrece.

Las personas que encuentran sentido a los 70 entienden esto de forma muy íntima.

Buscan oportunidades para servir: ayudan a vecinos, hacen voluntariado o simplemente escuchan con atención a alguien que lo necesita.

Mi tía Mabel, por ejemplo, tiene 72 años y enseña a niños en situación vulnerable cada fin de semana en un centro comunitario.

Dice que nunca había sentido tanta alegría ni tanto propósito como lo siente ahora.

No hay gesto de bondad que se pierda. Ayuda a los demás, pero también enriquece el alma propia.

7. Aceptan el cambio

La vida está en constante transformación. Y las personas que viven sus 70 con plenitud lo entienden perfectamente.

No temen al cambio. Lo abrazan. Saben que la vida no es un estanque, sino un río en movimiento.

Adaptarse a nuevas tecnologías, aceptar los cambios físicos, ajustar el ritmo diario… todo forma parte del proceso.

Lo que importa no es el cambio en sí, sino cómo lo enfrentamos. Quienes deciden fluir con la vida —en lugar de resistirse a ella— son los que descubren alegría y propósito en cada etapa.

Reflexión final

Si llegaste hasta aquí, probablemente estás decidido a vivir tus 70 (y más allá) con plenitud.

Recuerda: la edad es solo un número. La alegría y el propósito no son privilegios de la juventud. Son elecciones disponibles en cualquier momento de la vida.

Las personas que cultivan estos hábitos no ven los 70 como una etapa de declive, sino como una oportunidad de seguir creciendo y disfrutando.

Rompen el molde, desafían los estereotipos y nos muestran que los años maduros pueden ser igual de (o incluso más) vibrantes y significativos.

Empieza con un hábito. Luego incorpora otro. Celebra cada pequeño avance. Pide apoyo cuando lo necesites.

Nunca es tarde para vivir con alegría y propósito. Con constancia, estos hábitos se vuelven parte natural de tu vida.

Que recibas estos años dorados con entusiasmo y vitalidad renovada. Porque al final, no se trata de cuántos años vivimos… sino de cuánta vida le ponemos a cada uno de esos años.

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