Hay una dura verdad que muchos de nosotros no queremos aceptar: no todo el mundo llegará a ser rico o exitoso.
Nos gusta creer que, con suficiente esfuerzo, pasión y quizás un poco de suerte, cualquiera puede triunfar. Pero la realidad es que ciertos hábitos, mentalidades y comportamientos mantienen a las personas atrapadas en la misma situación, a veces para siempre.
Si estás saliendo con alguien que tiene grandes sueños pero nunca parece avanzar realmente, puede ser frustrante. Quieres creer en esa persona. Quieres apoyarla. Pero, en el fondo, tal vez te preguntes si alguna vez llegará a lograrlo.
No se trata de menospreciar a nadie ni de pensar que el dinero lo es todo. Se trata de reconocer los patrones que diferencian a quienes tienen éxito de quienes permanecen estancados.
Aquí te mostramos cómo saber si la persona con la que estás nunca alcanzará el verdadero éxito, sin importar cuánto hable sobre ello.
1) Habla más de lo que actúa
Tener sueños y ambiciones es genial, pero sin acción, no son más que palabras vacías.
Si la persona con la que sales siempre habla de sus grandes planes pero nunca da un solo paso para hacerlos realidad, eso es una señal de alerta. Dice que quiere iniciar un negocio, escribir un libro o conseguir un ascenso, pero pasan los meses —o incluso los años— y nada cambia.
El éxito no depende de tener la idea perfecta, sino de tomar medidas constantes para alcanzar un objetivo. Si siempre tiene una excusa o sigue posponiendo las cosas hasta que llegue el «momento adecuado», ese momento puede que nunca llegue.
En algún punto, debes preguntarte: ¿realmente está trabajando para alcanzar el éxito o solo fantaseando con él?
2) Siempre culpa a otros por sus fracasos
Cuando algo no sale bien, ¿asume la responsabilidad o siempre encuentra a alguien —o algo— a quien culpar?
Yo salí con alguien que tenía una excusa diferente cada vez que algo no funcionaba. La economía estaba mal. Su jefe era injusto. Su socio lo traicionó.
Al principio, le creí. Quería ser comprensiva y apoyarlo. Pero con el tiempo, noté un patrón: nunca era su culpa.
La verdad es que las personas exitosas toman el control de sus vidas. Aprenden de los fracasos en lugar de usarlos como excusa para quedarse estancadas.
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Si la persona con la que estás se niega a reconocer su propia responsabilidad en sus fracasos, lo más probable es que nunca avance, por mucho que hable de querer más.
3) No valora su tiempo
Warren Buffett dijo una vez: «Los ricos invierten en tiempo, los pobres invierten en dinero».
La manera en que alguien usa su tiempo dice mucho sobre su futuro. Si la persona con la que sales pasa horas viendo redes sociales, maratoneando series o procrastinando en lugar de trabajar en sus metas, eso es un problema.
No se trata de nunca relajarse —todos necesitamos tiempo de descanso—, pero si la mayor parte de su tiempo libre se desperdicia en cosas que no lo hacen avanzar, el éxito siempre estará fuera de su alcance.
La diferencia entre quienes tienen éxito y quienes no, no está en el talento o la suerte. Está en lo que eligen hacer con las horas que tienen cada día. Si no se toma en serio su tiempo, tampoco se tomará en serio el éxito.
4) Se rodea de las personas equivocadas
Los estudios demuestran que el ingreso de una persona suele ser el promedio de las cinco personas con las que pasa más tiempo.
Si la persona con la que estás siempre está rodeada de gente negativa, sin motivación o sin dirección, eso lo frenará. Aunque no se dé cuenta, las actitudes y hábitos de quienes lo rodean moldean su propia mentalidad.
No se trata de alejarse de los amigos solo porque no son ricos, sino de ser consciente de quién tiene influencia en su vida.
Las personas exitosas buscan rodearse de aquellos que los desafían, los impulsan y los inspiran a mejorar. Si está atrapado en un círculo donde nadie crece, lo más probable es que él tampoco lo haga.
5) No tolera el esfuerzo ni la incomodidad
El éxito exige incomodidad. Crecer no es fácil, y cualquiera que quiera lograr algo grande debe estar dispuesto a atravesar la frustración, la incertidumbre y el fracaso.
Si la persona con la que estás evita todo lo que se siente difícil o incómodo, eso es una señal de advertencia.
Tal vez abandona proyectos en cuanto algo se complica. Tal vez evita conversaciones difíciles. Tal vez siempre elige el camino más fácil y seguro, aunque no lo lleve a ninguna parte.
Las personas exitosas no son necesariamente las más inteligentes o talentosas. Son las que están dispuestas a soportar la incomodidad el tiempo suficiente para superarla. Si siempre busca la salida fácil, nunca logrará nada más allá de donde ya está.
6) Gasta más de lo que gana
El dinero no se trata solo de cuánto se gana, sino de cómo se administra.
Si la persona con la que estás siempre está comprando el último teléfono, gastando en cosas innecesarias o viviendo al límite de sus ingresos a pesar de ganar bien, eso es una gran señal de alerta.
La riqueza no se construye gastando todo en cuanto se recibe. Se construye ahorrando, invirtiendo y tomando decisiones financieras inteligentes a lo largo del tiempo.
Mucha gente asume que, cuando empiece a ganar más, sus problemas financieros desaparecerán. Pero si no puede administrar pequeñas cantidades de dinero, tampoco podrá manejar grandes sumas.
Si no tiene control sobre su dinero ahora, es probable que nunca lo tenga.
7) Espera el «momento adecuado»
Nunca hay un momento perfecto para iniciar un negocio, cambiar de carrera o tomar un gran riesgo. Sin embargo, algunas personas pasan toda su vida esperando a que todo se acomode antes de hacer un movimiento.
Si la persona con la que sales siempre dice cosas como: «Lo haré cuando tenga más dinero» o «Cuando todo esté más tranquilo, empezaré», eso es una señal de que probablemente nunca lo haga.
La vida siempre será caótica. Siempre habrá obstáculos. Las personas que tienen éxito no son las que esperan, sino las que comienzan antes de sentirse listas.
Si siempre está posponiendo las cosas para un futuro imaginario donde todo será más fácil, es probable que ese futuro nunca llegue.
8) No cree que pueda tener éxito
La mayor diferencia entre quienes tienen éxito y quienes no, no es la inteligencia, el talento o la suerte: es la creencia en uno mismo.
Si la persona con la que sales constantemente duda de sí misma, rechaza oportunidades diciendo «eso no es para gente como yo» o asume que el éxito es solo para unos pocos afortunados, ya ha perdido antes de empezar.
Nadie logra grandes cosas sin antes creer que es posible. Las personas más exitosas no nacieron con todo resuelto: simplemente se negaron a aceptar que no podían tener más.
Si no cree en su propio potencial, nada más importará.
Conclusión
El éxito no es cuestión de suerte o inteligencia. Es una combinación de mentalidad, hábitos y acción.
Si la persona con la que sales encaja en estos patrones, vale la pena preguntarte si algún día logrará superarlos. La gente puede cambiar, pero solo si realmente quiere hacerlo.
Winston Churchill dijo una vez: «El precio de la grandeza es la responsabilidad». Si esa persona se niega a tomar el control de su futuro, nadie más puede hacerlo por ella.
La verdadera pregunta es: ¿quieres construir una vida con alguien que está estancado o con alguien que está trabajando activamente por algo mejor?
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